Pasaron muchas cosas
lindas en las playas de aguas tibias y transparentes, pero creo que lo mas
importante de destacar en este viaje es otra vez nuestro bendito mate Argentino,
cuantos problemas con esta yerba. Uno quería desayunar con mate, y no había
caso, el agua caliente no la traían. Un día, dos días, charlas con el gerente
de la cocina. Hasta que una tarde el encargado cayo en cuenta que era para
beber una bebida caliente que se llamaba “Yerba Mate”, y entonces golpeo la
puerta y apareció un diminuto mexicano que solicitó saber en vivo y en directo
de qué estábamos hablando cuando hablábamos del Mate. Bueno, con mucha
dedicación lo preparamos y se lo ofrecimos en mano, sin explicaciones. Fue así
como el pequeñito miro el mate, nos miró y pregunto, como se ingiere? Ah
tenés que absorber de la bombilla, conteste. El mexicano muy entusiasmado tomó
el primer sorbo del primer mate y con cara de no se qué decir preguntó, esto
que efecto produce? Y yo le conteste, ganas de ir muchas veces al baño, nada
más. Los nuevos después de un par piden pañales.
México, son eso cafés
fríos horribles que nos cansábamos de pedir que nos caliente y nunca lograban
hacerlo. México, es ese churrasco hermoso que me comí con tantas ganas en la Rosada y que me salió mas
caro que la estadía en el hotel Maya. Es la disco donde no te podías sentar en
ninguna mesa desocupada, porque la usaban solo los yankis. Pero bien que nos
gustaba estar cerca de ellos porque en la reunión social que tenían pedían vuelta y vuelta para todos y
dale que va, para mí también.
Una noche nos peleamos
por una mesa. Alguien del grupo les dijo, ustedes siempre van a tener los pies
de ellos, los yankis, por arriba de sus cabezas! El mexicano me envió un
mensaje hace unos días, no quieras saber lo que me dijo que tenía
encima?. Y yo seguía con mi inglés, discutiendo con un americano, esta vez la
frase fue: The thing haven´t got name, en alusión a lo único que de ellos quedo
en la mesa, una botella de coca cola vacía. Pero, me habrá entendido? O habrá
pensado que estaba re-coca.
México es ese río
largo, sombrío y frío por donde supuestamente se escapaban los Mayas, que se me
ocurrió cruzar a nado sin patas de ranas y ni antiparras. En esa oportunidad
descubrí que me daban claustrofobia y las patas de rana qué? Quien me mando a
sacarme esas malditas patas y cruzar ese río con mis pobres pies que
pataleaban y no llegaba nunca al final. Por momentos me quedaba sola, con
miedo, a oscuras en los lugares sombríos debajo de la montaña por donde
corría ese hilo frío de agua atrapada entre el techo de la caverna y el lecho
del río; mientras todos me pasaban velozmente, y me dejaban sola con la
otra claustrofobia, la que me provocaba no tener patas de ranas.
México, fue un viaje a
un sitio hermoso del que no recuerdo con exactitud qué sucedió en aquellos días
pero tengo aun gravada estas historias.