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EEUU-Disney |
Una foto de Disney es
un cóctel de ingredientes extraños por el contexto, por la comida y el idioma,
por la gente y su manera de vestirse; esa batería que no se podía
enchufar y que pedí que me hicieran el favor de cargarla en la recepción. Es el
“You have ciento diez i have dos veinte”.
La extraña honestidad en la gente. Es esa única pizza que recuerdo comer hasta
al cansancio y esas ensaladas de MacDonald con un condimento que era
mejor que no te lo ofrezcan. El olor a grasa impregnado en todos lados. 20% de
comprar baratijas al final de cada paseo por los parques con otro grupo de
chicos que, parecían que iban a alquilar un avión para regresar con los regalos.
10% de caminar y caminar por los parques hasta agotarse todo. 10% de llenar 10
vasos de agua caliente del spak de la recepción del hotel y todas las noches
explicarle al mismo señor de la batería que era solo Water, only water because:
yo no iba a tomar café sino mate, pero otra vez no iba a repetir la historia
de la yerba de cancún.
Creo que fue el primer
viaje internacional. Lo más destacado de ese viaje fue la cola que nos tuvimos
que comer en la embajada de EEUU para llenar un formulario donde se preguntaba:
Usted participó de algún atentado?. Qué color de piel tiene?. Pero había que
hacerlo. Vero tuvimos suerte que después llegó: Gracias Menem!, con él que es
rubio de ojos celestes se abrió el tema de la visa y no tuvimos que hacer mas
colas. Yo desde entonces no volví más.
Tengo guardado este
viaje para cuando Sofía cumpla los 15 años. Quiero volver a estar en el desfile
de MICKEY llorando junto a ella.