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Los ojos del pasado por Corrado Gabriela se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

domingo, 16 de junio de 2013

Su Principito

No supe entonces comprender. Cometí el error de haberla enjuiciado por sus palabras y no por sus actos. Iluminaba y perfumaba todo mi planeta. ¡Jamás debí haberla abandonado! Debí haber intuido su ternura detrás de sus ingenuas astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! Y yo… demasiado joven para saber amarla”. El principito.

Quién no se sintió como “El principito”? Quién no viajo en búsqueda de compañía, amistad, compresión, amor, aprobación? Quién en el viaje no conoció la vanidad, la ira, el egoísmo, la avaricia, el esfuerzo, el trabajo, la esclavitud, la sabiduría? Y quién, como él, después de andar no comprendió el error de buscar afuera las respuestas. Quién no descubrió que el mejor viaje comienza en uno y termina en uno. El sitio más inexplorado, complejo, intrincado, apasionado resulta estar dentro de nosotros. Quién no tuvo un zorro que luego de un tiempo le mostro el camino y le dejo un secreto?
Demasiado joven para saber, dice el Principito! Con el tiempo descubre que su rosa era única y su mundo también. La rosa que tanto cuidaba era orgullosa, vanidosa, mentirosa y sobre todo frágil, necesitaba de él.
Quién no ve en esa Flor su estima, su yo, el amor propio? Él, la protegía de sus miedos, los baobabs, los que compartían. Qué harían uno sin el otro? Él lamento abandonarla y comprendió su tristeza.
Esa flor es la ternura de mamá que nos enseña. Sus palabras que nos acunan, nos aconsejan, nos reprenden, nos reprochan. Son sus besos que un día no están y el aroma que nos falta. Nos duele nuestro propio viaje y haberla dejado.
Esa flor es “el amor”. Es contradictoria como una mujer que él no olvida.
El principito en su búsqueda llega a la tierra y conoce al zorro, al narrador y a la serpiente. El zorro con astucia se convierte en su amigo y lo ayuda a entender a las personas. Lo guía en su interior para que él comprenda quién es su rosa y donde esta su mundo. Así decide regresar de donde partió, sabiendo que debe primero morir, perder, elegir. La serpiente cumple su deseo.
Demasiado joven para saber amarla, dice El Principito! Quizá, si nos quedáramos con el presente y no fuéramos por ahí buscando, comparando, si no tomáramos distancia, no valoraríamos lo que tenemos y no encontraríamos las respuestas a nuestras preguntas.
Antes de domesticarnos juzgamos por las palabras en lugar de por los actos, porque somos inmaduros. En el camino dejamos muchas huellas. También nos dejan poesías, tristezas, risas, sensaciones. Antes del punto final, en el mientras, aprendimos muchas veces a morir de una forma para vivir de otra. Perdimos y ganamos y como el principito al final quedaremos solos en nuestro planeta y con nuestra flor. Nadie nos cuidará y nos encontrara, ni sabrá donde queda el asteroide B 612.
El secreto del zorro: “Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.”

Para Sofi, que está descubriendo un mundo lleno de signos y símbolos nuevos.